1.11.2008

Gira de G.W. Bush a Oriente Próximo


Bush está de gira. Pero no va tocar ningún instrumento, al menos eso esperamos. Lo que está haciendo es una campaña de relaciones públicas para buscar la simpatía de los países árabes en su campaña contra Irán. Por supuesto el ejecutivo americano anuncia que es para establecer la paz en Oriente-Próximo y que ahora que a él se le ha metido entre ceja y ceja resolver el conflicto el como “Capitán América” lo resolvera y encima se atreve a poner fecha, antes de terminar su mandato, o sea éste mismo año a lo sumo.

El presidente ha iniciado una gira por todo Oriente-Medio para ganarse la aprobación de los países árabes, sobretodo los colindantes a Irán para que se opongan a su creciente influencia en la región. A mi entender esto es una búsqueda de aliados en la futura Guerra, que si le dejan, hará a Irán.

El acto al que asistió Bush en Israel, antes de partir hacia Kuwait, es al de homenaje a los judíos exterminados por el partido alemán Nazi. Allí el gabinete presidencial le preparó para el acto y como “todo comunica” le colocaron un kipá, sombrerito que cubre sólo la coronilla y típico de los judíos. Cualquier cosa con tal de ganarse la simpatía de los semitas. Y por ello le hicieron asistir al homenaje, solidarizarse con su mayor tragedia y como no tocarles la fibra.

Este acto es un ejemplo de lo que Bush va a ir haciendo estas semanas en su gira por Oriente Próximo. Ajustar sus palabras y su imagen a la cultura a la que se dirija, eso sí nunca jamás dejará de decir que “tenemos que combatir el mal”, porque así cada uno damos nuestra propia interpretación de que es el mal y de que es combatir.

Llevar de visita a los países árabes a la persona que ha puesto al mundo musulmán como terrorista, que retiene a cientos de presos de origen árabe en Guantánamo y crea guerras sólo por intereses capitalistas es muy pero que muy arriesgado. Es cómo si un grupo de gatos eligiera como lugar de oratoria la perrera pública. Nada más y nada menos que 10 000 agentes de seguridad han tomado las calles de Jerusalén para que se pudiese llevar a cabo el acto. Pero aun así el gabinete de Bush sabe de la importancia de las relaciones públicas y la diferencia que hay entre entrevistarse en un plano neutro e ir a su propio país de visita oficial. Por ello a pesar de todos los inconvenientes y dificultades han decidido llevar a cabo esta singular puesta en escena de un presidente súper capitalista.

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