
El presidente ha iniciado una gira por todo Oriente-Medio para ganarse la aprobación de los países árabes, sobretodo los colindantes a Irán para que se opongan a su creciente influencia en la región. A mi entender esto es una búsqueda de aliados en la futura Guerra, que si le dejan, hará a Irán.
El acto al que asistió Bush en Israel, antes de partir hacia Kuwait, es al de homenaje a los judíos exterminados por el partido alemán Nazi. Allí el gabinete presidencial le preparó para el acto y como “todo comunica” le colocaron un kipá, sombrerito que cubre sólo la coronilla y típico de los judíos. Cualquier cosa con tal de ganarse la simpatía de los semitas. Y por ello le hicieron asistir al homenaje, solidarizarse con su mayor tragedia y como no tocarles la fibra.
Este acto es un ejemplo de lo que Bush va a ir haciendo estas semanas en su gira por Oriente Próximo. Ajustar sus palabras y su imagen a la cultura a la que se dirija, eso sí nunca jamás dejará de decir que “tenemos que combatir el mal”, porque así cada uno damos nuestra propia interpretación de que es el mal y de que es combatir.
Llevar de visita a los países árabes a la persona que ha puesto al mundo musulmán como terrorista, que retiene a cientos de presos de origen árabe en Guantánamo y crea guerras sólo por intereses capitalistas es muy pero que muy arriesgado. Es cómo si un grupo de gatos eligiera como lugar de oratoria la perrera pública. Nada más y nada menos que 10 000 agentes de seguridad han tomado las calles de Jerusalén para que se pudiese llevar a cabo el acto. Pero aun así el gabinete de Bush sabe de la importancia de las relaciones públicas y la diferencia que hay entre entrevistarse en un plano neutro e ir a su propio país de visita oficial. Por ello a pesar de todos los inconvenientes y dificultades han decidido llevar a cabo esta singular puesta en escena de un presidente súper capitalista.
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