
El penúltimo día del año la cúpula de la iglesia católica española concentró a dos millones de fieles en la plaza de Colón en Madrid. La ciencia de las matemáticas cifra la asistencia en 158.882 personas pero como dicen los clérigos, “hay que tener fe”. Un encuentro de esta índole debería llamar a los fieles a no perder el camino de Dios, y no dejarse arrastrar por la sociedad. Pero dicha reunión fue un tanto dispar.
Cualquier persona que viera esa manifestación con un poco de ojo crítico se daría cuenta que seguía el esquema de un mitin político de la oposición. Palabras en contra del gobierno actual era la regla de la charla, frases que pinchaban a los asistentes y los hacían enfervorizar, repetición de mensajes poco articulados y acusatorios, deformación las afirmaciones del actual presidente, pantallas de
Y como todo acto político hablaron los líderes más importantes del partido y conectaron para escuchar a la máxima autoridad del “partido”. En el ecuador de la concentración conectaron con Roma, y en sus pantallas pudieron ver a Benedicto XVI que les brindo con palabras de apoyo de la oficina central de la institución.
Esta reunión puede ser interpretada por una precampaña electoral del PP, ya que sin citar ninguno de los nombres clave (PSOE, Zapatero, Socialistas, etc.) dejó bien claro su posición respecto a la administración central. Y según palabras textuales esta “cultura del laicismo radical” ésta llevándonos inexorablemente a “la disolución de la democracia”, es un “fraude” que “no respeta
Y digo yo, al margen de un análisis críticamente académico, ¿desde cuando a
Volviendo al análisis del acto de relaciones públicas este acto ha sido convocado por la iglesia de forma de expresar su opinión sobre el gobierno actual acusándolo de ser el que esta llevando a la sociedad al abismo de los horrores. Como si el mundo estos dos últimos miles de años haya sido un paraíso cuando ellos tenían más poder y ahora que ha llegado al poder un partido que ha dejado a
Quien lo ha promovido es otro punto a tener en cuenta ya que de saberse que ha sido el Partido Popular sería un descrédito para los dirigentes del mismo por usar la religión cómo arma política. IU no ha tardado en lanzar acusaciones sobre el partido de derechas, otra forma de propaganda política para que los no simpatizantes de la iglesia católica española les apoyen, y así ganarse s simpatía, una de las armas de más peso en la política.
En resumen el acto fue un acto de publicidad de la iglesia. Ahora ya no reciben la subvención directa del gobierno o sea deben conseguir más contribuyentes individuales para continuar con su nivel de vida. Por iniciativa propia o por promoción del Partido Popular, sea como sea, esta concentración viene muy bien para reforzar la presencia de la iglesia en la sociedad y captar nuevos contribuyentes.
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